Crónica Negra de la II República


¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia? Santiago Ramón y Cajal.

4 de abril de 2010

"In Justitia"

    Algunos delincuentes parece que tienen patente de corso. Para algunos delinquir es un gran negocio. Casos como el de la pequeña Mari Luz, en el que un presunto pederasta con expedientes abiertos en diferentes lugares de España y que a pesar de todo se encontraba en libertad cuando presuntamente la asesinó, son un milagro que no se repitan con mayor asiduidad en un país donde los delincuentes entran por una puerta en los Juzgados y no es que salgan por otra: salen por la misma, en libertad, varias horas o una hora después. Sobre todo si se dedican a delitos contra la propiedad y la violencia de género.
     Lo mismo ocurre con maltratadores de género, ladrones o chorizos, etc. Estepona no es una excepción. Los juzgados de Estepona parecen temer enviar a la cárcel a ciertos delincuentes. En este, mi querido pueblo, que sepamos existe al menos uno de éstos  que a pesar de tener varias denuncias por maltrato de género, sospechoso de incendiar garajes, poseedor de armas ilegales, autor de varios robos en los que se le pilla in fraganti y una serie serie interminables de faltas o delitos contra la propiedad, es recibido con una alfombra roja en los juzgados e inmediatamente puesto en libertad. Después tiene que escuchar uno a los miembros del Gobierno diciendo que "hay que denunciar". ¿Para qué?.
    En un caso lo pilla la Policía allanando una morada en la que estaba robando, sale huyendo. Mientras huyen, su comapñero  tira los objetos robados del coche y, a pesar de que la propia Policía observa como los tira, cuando llega al Juzgado salen de nuevo en libertad porque no los llevaban en el vehículo cuando fue detenido. Nada se les imputa por entrar en casa ajena a pesar de que a eso se le llama "allanamiento de morada" y está tipificado en el código penal. En otro caso retiene a la fuerza a una mujer a la cual secuestra o retiene contra su voluntad y la traslada camino de Marbella y le pega dos palizas, ella logra huir  y lo denuncia, ¿para qué?; para nada, para complicarse la vida además. Al final la imputación sólo es por violencia de género, nada respecto a la retención ilegal o intento de secuestro. A ver si hubiera sido igual si la víctima hubiese sido hijo o hija del juez o la jueza.
     Recurre a instancias superiores y de nuevo en libertad. Lo mismo ocurre en el atraco a un banco, no lleva el dinero encima y es soltado, después se da el fiestón gordo en la discoteca de turno alardeando del dinero que ha robado, etc, etc. Pagan las sanciones con dinero robado e incluso se amueblan su casa con el producto de sus robos.
    Desde luego lo de la Justicia española no es que sea un cachondeo, lo que daría un cariz cómico e incluso apetecible en algunos casos a la administración de Justicia; es una vergüenza. No funciona. Es de pena y las consecuencias las padecemos los ciudadanos. Existen personas que nunca pisan la cárcel a pesar de tener un rosario de antecedentes policiales. ¿Qué está pasando en este país que se ha convertido en el paraiso de los delincuentes y no sólo de los internacionales?.
    Por ejemplo, tenemos el caso de la Ley de Violencia de Género, otra mierda, con perdón. Se dice que las mujeres no denuncian y que hay que denunciar, lo que se les  reprocha desde las administraciones,  pero ¿para qué hay que denunciar?. La mayoría van a seguir en la calle después y seguro que las represalias las padecerá su denunciante; así está ocurriendo. Se está dando el caso de que ciertas sentencias de cárcel para el acusado, en la práctica no son tales puesto que el periodo contemplado en la misma posibilita que ni siquiera tenga que pisarla, sin ni siquiera recurrir la sentencia. Por eso hay mujeres que no denuncian. La Justicia española no sirve a los intereses de las personas honradas; está diseñada única y exclusivamente, en la práctica, para garantizar con rigor los derechos de los delincuentes por encima de todo, incluso por encima del derecho de la víctima a verse resarcida del daño producido.
   Cualquier maltratador o amigo de lo ajeno conoce las leyes mejor que los jueces que tienen que inteprentarla. Se está dando el caso de que denuncias de mujeres en primera instancia están siendo recurridas  por éstos en estamentos judiciales superiores lo que posibilita que los maltratadores, aunque estén condenados a prisión, retrasen su ingreso, si es que al final se produce (pues no todas las sentencias a prisión acaban con el delincuente en la cárcel), gracias a éstas argucias y dilaciones que la Ley permite ,   aunque quede patente que corre peligro la vida de su víctima. ¿Para qué entonces existe dicha Ley?, si en el fondo nada cambia. Mientras tanto, riéndose de la Justicia, perfeccionan su forma de delinquir, llegando, como ha ocurrido en Estepona, a incendiar el vehículo  o pincharle las ruedas, de una víctima de maltrato la noche previa al día del juicio para que ésta no pudiera acudir a los tribunales en  Málaga  donde  el delincuente ha recurrido la sentencia. 
    La Policía y los jueces saben que algunos disponen de armas ilegales en sus domicilios, ¿será por esto? ¿tienen miedo?. ¿Qué nos queda a los ciudadanos de a pie?;  ¿tomarnos la Justicia por nuestra mano?. Por cierto, como muchas otras cosas raras que están sucediendo en este pueblo, esto no sale en los medios de comunicación. En algunos casos se publica la detención de tal o cual por tal o cual delito; lo que no cuentan al día siguiente es que a los dos horas fue puesto en libertad de nuevo. La Justicia española favorece a los delincuentes, pero eso sólo aparece publicado cuando, como consecuencia, hay muertos de por medio y, por consiguiente, ya es demasiado tarde.
    Nada bueno puede traer la aplicación de la Ley en España que  permite que personas inocentes entren en la cárcel sin pruebas, por meros juicios de valor; mientras que personas condenadas con pruebas a prisión, ni siquiera lleguen a pisarla.
    Lo dicho, una vergüenza de Justicia española y de la interpretación que los jueces hacen de las leyes, salvo contadas excepciones (no olvidemos que en gran manera la propia legislación lo permite y obliga a quienes han de interpretarla). Y a todo esto no tenga usted para pagar un recibo bancario de buena fe, aunque sea un ciudadano honrado, verá lo que tardan en aplicarle la injusticia, incluso, de dejarle sin vivienda, si diera lugar. Y a eso también lo llaman, paradójicamente,  Justicia.

0 comentarios:

Publicar un comentario