Según fuentes cercanas a la investigación del "no caso" Astapa, tanto algunos policías, como la propia fiscalía estarían arrepentidos de como se ha llevado el caso, especialmente de cara a la opinión pública con la consiguiente negativa repercusión para la imagen de Estepona, cuyo secreto de sumario se prolonga ya por tres años y tres meses, sin que, al margen de algún que otro desfase o casos aislados de posibles irregularidades, se haya sacado en claro nada destacable y mucho menos una trama organizada como se intentó hacer creer desde el principio.
Algún investigador se atreve a afirmar que Astapa quedará en nada o en culquier caso en nada parecido a lo que cabría suponer a tenor de las Diligencias Previas que se adoptaron. Al parecer el mayor quebradero de cabeza ahora es justificar la prisión de los cinco que fueron enviados a Al-haurín: dos meses en el caso del técnico Witmeur, que sigue trabajando en el Ayuntamiento y ha sido incluso objeto de productividades, las mismas que Valadez denunció en Astapa, y seis en el caso de Barrientos, Reina, Flores y Crespo.
Para algunos de estos investigadores las acusaciones estaban manipuladas o simplemente eran medias verdades o mentiras y su inicio fue inquisitorial, algo que, por cierto, nos está revelando el levantamiento del propio sumario.
Para algunos de estos investigadores las acusaciones estaban manipuladas o simplemente eran medias verdades o mentiras y su inicio fue inquisitorial, algo que, por cierto, nos está revelando el levantamiento del propio sumario.
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