CARLOS RODRÍGUEZ ADMITE QUE SE ESTÁ TARDANDO DEMASIADO EN SOLVENTAR EL CONFLICTO CON LOS CUERPOS DE SEGURIDAD Y QUE ESO SEGÚN ÉL AFECTA AL SERVICIO
El pasado jueves en rueda de prensa a la que también asistía el Jefe de la Policía, Alfredo Torres, el Concejal de Seguridad Ciudadana opinaba que las acciones reivindicativas efectuadas por agentes y bomberos en las últimas dos semanas estaban creando “cierta alarma social” y que él como responsable tiene la obligación de ofrecer soluciones. Refiriéndose a la actuación reivindicativa de los últimos días el concejal dijo que “rayaba la ilegalidad” y añadió que “es una situación especial y vamos a tratar de reconducirla, no tenemos ganas de crear ningún tipo de problema sino de resolverlo” anunciando que no iban a tomar ningún tipo de represalias hacia los funcionarios.
El concejal tras reconocer que el Secretario General había emitido informe positivo, indicaba que la demora que se estaba produciendo se debe a la existencia de un informe desfavorable de la delegación de personal. Insistía en varias ocasiones en que “él no está intentando tomarle el pelo a nadie” en referencia a los trabajadores, y que si finalmente no se plasman los acuerdos de pleno en los términos en que fueron aprobados, entonces “será a él a quién le están tomando el pelo” en clara alusión a su compañera de partido Cristina Rodríguez.
Anunciaba Carlos Rodríguez que para demostrar que no se intenta engañar a nadie en la próxima nómina de marzo se verían reflejados los acuerdos plenarios en relación con el plan de estímulo a los servicios en horario nocturno, festivos y fines de semana, reconociendo que durante los meses de enero y febrero la implantación de dicho plan había producido muy buenos resultados en cuanto a actuaciones en materia de seguridad ciudadana.
Estas declaraciones de Carlos Rodríguez unidas a las efectuadas días atrás por la Concejala de Hacienda Carmen Ocaña, reconociendo la existencia de liquidez para el pago de la deuda a los trabajadores, contrastan con la postura mantenida por Cristina Rodríguez. La edil parece no tener intención alguna de cumplir los acuerdos plenarios que ella misma vota a favor, como es el caso de la subrogación de los empleados de las empresas, ni de acatar las diversas sentencias judiciales firmes como las de la Banda Municipal de Música o la del Programa de Productividad por Puntualidad y Reducción del Absentismo correspondiente a 2009.
CSIF considera que estas argucias y maniobras de la Señora Rodríguez Alarcón y de su asesor José Pedro Fernández Gago con la inestimable colaboración del sindicato CCOO, además de ser demostrativo de la animadversión que tienen hacia determinados colectivos, persiguen no pagar nada y que sea la corporación entrante la que tenga que cargar con la enorme deuda generada por ellos. Veremos entonces, si los ciudadanos deciden que sea otro el signo político que dirija el ayuntamiento, si los dirigentes sindicales y socialistas son tan pacientes y comprensivos como lo son ahora o por el contrario azuzarán a los trabajadores con sus arengas y mentiras.
Desde CSIF se ha denunciado en innumerables ocasiones la doble vara de medir a la hora de pagar deudas y productividades, recuérdense los más de 20.000 € cobrados por Gago o el pago a imputados por el maquillaje al PGOU, para ellos no hacían falta informes ni Mesas de Negociación ni se le escuchó decir nada a CCOO, que casualidad,………Por la credibilidad y el buen nombre del Señor Carlos Rodríguez, deseamos y esperamos que pueda atender con sus compromisos, lo cual significará que su compañera no le está tomando el pelo y que CSIF yerra en sus pronunciamientos sobre la concejala canceladeña.
Este equipo de Gobierno, con la Sra. Rodríguez Alarcón a la cabeza, hace un flaco favor a los dirigentes socialistas regionales, los cuales pudieran estar cansados de leer siempre los conflictivos titulares de la ciudad de Estepona. Como si de una patente de corso se tratase, se enorgullecen de haber denunciado a sus compañeros de partido y, lejos de practicar una política acorde con la legalidad vigente, hacen gala del desprecio más absoluto hacia las normas y hacia los trabajadores del Ayuntamiento, permitiéndose con demasiada frecuencia excesos despóticos que rayan la prevaricación.
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