Uno de los más esperpénticos capítulos revelados tras la reciente apertura parcial del sumario, lo recoje el tomo III de testificales, cuyo contenido, en casi su totalidad, se refiere a la lucha particular en el seno de Zapallito para hacerse con el control de la empresa, por parte de los accionistas que promocionaron una ampliación de capital, y quitar el control a Francisco Piñero quien, hasta entonces, ostentaba el 50% de las acciones de Zapallito.
Además, como anunció allá por septiembre de 2008, la nueva dirección de Zapallito , surgida tras dicha ampliación de capital, presentó una denuncia, no se sabe muy bien contra quién, en octubre de ese mismo año ante la jueza Conejo, apartada del caso Astapa desde diciembre de 2008 por el propio Consejo General del Poder Judicial, a pesar de que ella pidió la continuidad en el caso, al menos hasta junio de 2009, a lo que no accedió el órgano de control judicial. En dicha denuncia, entre otros aparece, como no, Reina aunque en este caso reconociendo que no se le podía imputar ninguna actuación irregular, como se describe en la denuncia, en la compra de dos de los aparcamientos del parking. Entonces, ¿por qué se cita a Reina en el esperpento de denuncia que presenta Zapallito?. Y de paso preguntarnos también ¿qué hace una denuncia de la nueva dirección de Zapallito contra sus proveedores, en este sumario ocupando un tomo entero en un contexto que para nada es el que se está investigando, si es que hay algo que investigar?. Y ya puestos, ¿por qué no la formularon antes y no dos meses después del inicio de las detenciones?.
El informe de la compañía de detectives sobre las palmeras forma parte de la documentación que acompaña la demanda. La denuncia la presenta un tal D. Cándido Comino Chavarrías en nombre de Zapallito y en ella no sólo denuncia a proveedores de la otra dirección del parking sino también contra personas que, según el demandante, son "personas afectas al Ayuntamiento, debiendo destacar a Manuel Reina, Rafael Montesinos y a Germán Maldonado entre otros técnicos Municipales". De nuevo nos encontramos con "testigos" con intereses en la causa y además con clara animadversión hacia varios imputados que nada tienen que ver con su lucha por el control de la empresa y mucho menos con su gestión pasada.
Pero veamos en qué se basan tales acusaciones contra Reina, por ejemplo. Hay que tener muy poca vergüenza y principios para señalar esto en la denuncia: "Señalar a mero título informativo que el Sr. Reina, compró dos plazas de aparcamiento a través de la empresa PROYECTOS MARIBEL 1950, S.L. (actuando don Celestino Damián del Pino González, en calidad de administrador único de dicha entidad). Según los registros contables que disponemos, en principio, los movimientos de dinero parecen correctos. Estamos pendientes de elevar los contratos privados a Escritura Pública.
Una de las plazas de aparcamiento la está ocupando la mujer de Manuel Reina y la otra, la usaba el mismo".
5.4/.- Página 77 Tomo III Testificales PDF.
Con la de cafés que se ha tomado el señor Comino con Reina, quien, precisamente, ha sido el único concejal que consiguió subvenciones para los empresarios de Estepona, entre ellos el mismo Zapallito, por valor de más de 150 mil euros. Claro que son correctos como que la operación la hizo a través de una entidad bancaria con cheque numerado y sin aceptar la reducción de más de 3.000 euros de rebaja que el señor Comino pretendía hacerle. Si yo fuera Reina rompía el contrato por difamación pública y exigía la devolución del dinero; después me compraba otros en el parking de al lado. ¿No es surrealista? Un empresario "a título informativo" cita a un cliente "correcto" suyo en una comparecencia testifical tratando de incriminarlo en no se sabe qué, porque defendió a su competidor en la dirección en la empresa. ¿Y el derecho a la privacidad?
¿Qué pretendía el señor Comino y para qué, con esa rebaja? ¿incluirla en la denuncia tal vez?. Por otro lado a qué viene "señalar" que el otro parking lo utiliza su mujer: ¿Dónde está el delito?. Ah, Comino lo dice sólo a título informativo, claro. Pero lo mejor de todo es que la mujer de Reina jamás ha utilizado dicho parking; y no por nada, sino porque no le ha hecho falta.
Asimismo dirije su denuncia hacia Rafael Montesinos, Elías Morillas, José Miguel García, José Manuel Borrego, José Flores, José Gustavo Rubio Luna porque el "Secretario de la Corporación Municipal, y que según se comenta por la localidad, aunque no tenemos constancia fehaciente de estos hechos, era compañero habitual de Francisco Pinero de cenas y otros menesteres en locales de ocio para adultos, e invitado con todos los gastos pagados". Otro de los acusados por Comino, aunque no está imputado en Astapa es Alfonso Servia Morales (ya verán cuando vean en qué se basa) échense las manos a la cabeza; también María de Dompablo Mazo, Francisco Bravo, Manuel Barroso (por dar "consejos". ¡No veas!), y Germán Maldonado Valdivia. Casi todos funcionarios o concejales pero, curiosamente, la Concejala de Comercio, Cristina Rodríguez, no aparece denunciada y, que yo sepa, un Parking es un comercio. ¿Se trató por parte de Zapallito de hacer leña del árbol caído? ¿De desvincularse de esos "apestados mafiosos y terroristas" (a tenor de cómo se desarrolló la operación) detenidos en Astapa y poder conseguir al fin la licencia definitiva de apertura del comercio?.
Lo de las palmeras es de lo más gracioso. Resulta que cuando se iniciaron las obras del parking numerosos árboles y plantas, entre ellas varias decenas de palmeras, fueron arrrancadas y llevadas a un solar, municipal, cerca de La Cala, mientras finalizaban las obras las obras y se iniciaban los trabajos de jardinería en la superficie del paseo afectada por las mismas. Pero al parecer nadie tomó nota del número exacto. Por lo visto, debió haber un acuerdo para que todas estas plantas quedaran, mientras tanto, al cuidado del Ayuntamiento y no de la empresa encargada de su arranque ni de Zapallito. Pues bien, cuando varios años después la nueva dirección recibe una factura o documento que consigna la existencia de cien palmeras, comprueba que de ellas, sólo se han vuelto a plantar 17 y, por tanto faltan 83 palmeras.
Visto que nadie sabíae dónde estaban, la nueva dirección de Zapallito decide contratar a unos detectives expertos en criminología para que den con las palmeras. Unos detectives cuya titulación ya quisieran para sí los de la serie CSI.
Total que éstos se dirijen a ver al empresario de la empresa que arrancó las palmeras y éste niega conocer cuál es el paradero de las mismas e insta a los detectives a que hablen con un técnico municipal de járdines. Dicho y hecho, los detectives, grabadora escondida incluida, se disponen a ver a Miguel Ángel Vico, quien, en principio dice desconocer el paradero de las palmeras; pero les aclara que si se trata de las que se depositaron en el solar de La Cala, aquellas la mayoría se secaron por falta de agua en el solar. Y subraya que cada palmera de esas características necesita un mínimo de mil litros de agua para soportar el arrancado y mantenerla viva para su posterior plantado definitivo. Pero el técnico agrónomo les insiste, además, en que de todas formas a aquel solar sólo llegaron 44 y, por tanto, él desconoce que se arrancaran 100 palmeras. Además llegaron muchos árboles de otras especies pero palmeras sólo 44.
En fin, los detectives tampoco pudieron averiguar el paradero de las palmeras, entre otras cosas porque tampoco había un documento previo indicando el número de palmáceas ejemplares que se arrancaron. O sea que por descuido o a saber por qué, desaparecen, o se secan, 80 palmeras durante los años que duraron las obras y hasta comenzarse con los trabajos de jardinería en la superficie. Ahora bien, ¿a quién correspondía el cuidado de las palmeras tras su arrancado, a la empresa o al Ayuntamiento? ¿Y qué pintan esos funcionarios denunciados, mejor dicho nombrados en una denuncia sobre un asunto interno de la empresa con los argumentos más peregrinos que nadie pueda sospechar, y todo porque mantuvieron algún tipo de relación con el anterior propietario?
Continuará...
El informe de la compañía de detectives sobre las palmeras forma parte de la documentación que acompaña la demanda. La denuncia la presenta un tal D. Cándido Comino Chavarrías en nombre de Zapallito y en ella no sólo denuncia a proveedores de la otra dirección del parking sino también contra personas que, según el demandante, son "personas afectas al Ayuntamiento, debiendo destacar a Manuel Reina, Rafael Montesinos y a Germán Maldonado entre otros técnicos Municipales". De nuevo nos encontramos con "testigos" con intereses en la causa y además con clara animadversión hacia varios imputados que nada tienen que ver con su lucha por el control de la empresa y mucho menos con su gestión pasada.
Pero veamos en qué se basan tales acusaciones contra Reina, por ejemplo. Hay que tener muy poca vergüenza y principios para señalar esto en la denuncia: "Señalar a mero título informativo que el Sr. Reina, compró dos plazas de aparcamiento a través de la empresa PROYECTOS MARIBEL 1950, S.L. (actuando don Celestino Damián del Pino González, en calidad de administrador único de dicha entidad). Según los registros contables que disponemos, en principio, los movimientos de dinero parecen correctos. Estamos pendientes de elevar los contratos privados a Escritura Pública.
Una de las plazas de aparcamiento la está ocupando la mujer de Manuel Reina y la otra, la usaba el mismo".
5.4/.- Página 77 Tomo III Testificales PDF.
Con la de cafés que se ha tomado el señor Comino con Reina, quien, precisamente, ha sido el único concejal que consiguió subvenciones para los empresarios de Estepona, entre ellos el mismo Zapallito, por valor de más de 150 mil euros. Claro que son correctos como que la operación la hizo a través de una entidad bancaria con cheque numerado y sin aceptar la reducción de más de 3.000 euros de rebaja que el señor Comino pretendía hacerle. Si yo fuera Reina rompía el contrato por difamación pública y exigía la devolución del dinero; después me compraba otros en el parking de al lado. ¿No es surrealista? Un empresario "a título informativo" cita a un cliente "correcto" suyo en una comparecencia testifical tratando de incriminarlo en no se sabe qué, porque defendió a su competidor en la dirección en la empresa. ¿Y el derecho a la privacidad?
¿Qué pretendía el señor Comino y para qué, con esa rebaja? ¿incluirla en la denuncia tal vez?. Por otro lado a qué viene "señalar" que el otro parking lo utiliza su mujer: ¿Dónde está el delito?. Ah, Comino lo dice sólo a título informativo, claro. Pero lo mejor de todo es que la mujer de Reina jamás ha utilizado dicho parking; y no por nada, sino porque no le ha hecho falta.
Asimismo dirije su denuncia hacia Rafael Montesinos, Elías Morillas, José Miguel García, José Manuel Borrego, José Flores, José Gustavo Rubio Luna porque el "Secretario de la Corporación Municipal, y que según se comenta por la localidad, aunque no tenemos constancia fehaciente de estos hechos, era compañero habitual de Francisco Pinero de cenas y otros menesteres en locales de ocio para adultos, e invitado con todos los gastos pagados". Otro de los acusados por Comino, aunque no está imputado en Astapa es Alfonso Servia Morales (ya verán cuando vean en qué se basa) échense las manos a la cabeza; también María de Dompablo Mazo, Francisco Bravo, Manuel Barroso (por dar "consejos". ¡No veas!), y Germán Maldonado Valdivia. Casi todos funcionarios o concejales pero, curiosamente, la Concejala de Comercio, Cristina Rodríguez, no aparece denunciada y, que yo sepa, un Parking es un comercio. ¿Se trató por parte de Zapallito de hacer leña del árbol caído? ¿De desvincularse de esos "apestados mafiosos y terroristas" (a tenor de cómo se desarrolló la operación) detenidos en Astapa y poder conseguir al fin la licencia definitiva de apertura del comercio?.
Lo de las palmeras es de lo más gracioso. Resulta que cuando se iniciaron las obras del parking numerosos árboles y plantas, entre ellas varias decenas de palmeras, fueron arrrancadas y llevadas a un solar, municipal, cerca de La Cala, mientras finalizaban las obras las obras y se iniciaban los trabajos de jardinería en la superficie del paseo afectada por las mismas. Pero al parecer nadie tomó nota del número exacto. Por lo visto, debió haber un acuerdo para que todas estas plantas quedaran, mientras tanto, al cuidado del Ayuntamiento y no de la empresa encargada de su arranque ni de Zapallito. Pues bien, cuando varios años después la nueva dirección recibe una factura o documento que consigna la existencia de cien palmeras, comprueba que de ellas, sólo se han vuelto a plantar 17 y, por tanto faltan 83 palmeras.
Visto que nadie sabíae dónde estaban, la nueva dirección de Zapallito decide contratar a unos detectives expertos en criminología para que den con las palmeras. Unos detectives cuya titulación ya quisieran para sí los de la serie CSI.
Total que éstos se dirijen a ver al empresario de la empresa que arrancó las palmeras y éste niega conocer cuál es el paradero de las mismas e insta a los detectives a que hablen con un técnico municipal de járdines. Dicho y hecho, los detectives, grabadora escondida incluida, se disponen a ver a Miguel Ángel Vico, quien, en principio dice desconocer el paradero de las palmeras; pero les aclara que si se trata de las que se depositaron en el solar de La Cala, aquellas la mayoría se secaron por falta de agua en el solar. Y subraya que cada palmera de esas características necesita un mínimo de mil litros de agua para soportar el arrancado y mantenerla viva para su posterior plantado definitivo. Pero el técnico agrónomo les insiste, además, en que de todas formas a aquel solar sólo llegaron 44 y, por tanto, él desconoce que se arrancaran 100 palmeras. Además llegaron muchos árboles de otras especies pero palmeras sólo 44.
En fin, los detectives tampoco pudieron averiguar el paradero de las palmeras, entre otras cosas porque tampoco había un documento previo indicando el número de palmáceas ejemplares que se arrancaron. O sea que por descuido o a saber por qué, desaparecen, o se secan, 80 palmeras durante los años que duraron las obras y hasta comenzarse con los trabajos de jardinería en la superficie. Ahora bien, ¿a quién correspondía el cuidado de las palmeras tras su arrancado, a la empresa o al Ayuntamiento? ¿Y qué pintan esos funcionarios denunciados, mejor dicho nombrados en una denuncia sobre un asunto interno de la empresa con los argumentos más peregrinos que nadie pueda sospechar, y todo porque mantuvieron algún tipo de relación con el anterior propietario?
Continuará...
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