Al igual que las denuncias, casi todas basadas en comentarios de terceros y testigos, a muchos de los cuales se les ha descubierto ciertas sospechosas relaciones y actuaciones, como mínimo poco éticas, con el propio Valadez, también las "presiones" contra su persona venían de terceros "intermediarios".
Según se ha sabido a raíz del nuevo levantamiento parcial del sumario Astapa que incluye los tomos 21,23 y 25, de un total de 33 o 40 según qué fuentes, Valadez habría solicitado la condición de testigo protegido que finalmente no se le concedió. Los argumentos fueron éstos: «He recibido presiones por parte de familiares y amigos de las personas que se encuentran imputadas y en prisión», le reseñó a la instructora.
Estas «presiones» no fueron directas, sino que se las hicieron llegar por medio de intermediarios. «Las recibí a través de terceras personas que me las comentaron, aunque no sé exactamente de quiénes provienen». O sea sé; cortados por el mismo patrón de las denuncias. Ahora bien quién diría por qué la fiscalía se negó a darle tal condición. Pues porque por lo visto no existía peligro. Quién lo hubiera imaginado después de la operación "antiterrorista" que montaron: "puesto que la Ley Orgánica 19/1994 sólo admite medidas de protección en situaciones extraordinarias, cuando la autorídad judicial pueda apreciar racionalmente un peligro grave para la integridad física, libertad o patrimonio del interesado o las personas de su entorno, que justifique la limitación del derecho de defensa mediante la ocultación de la identidad del testigo. Además, también sería preciso que en el caso concreto las medidas de protección resulten verdaderamente idóneas de cara a esa finalidad legal de salvaguardar la identidad del testigo en situación de riesgo, objetivo que en este caso sería claramente ilusorío dada la actividad política de los denunciantes, la naturaleza de la información que facilitaron a los investigadores y sus propias relaciones con parte de los imputados".
Estas «presiones» no fueron directas, sino que se las hicieron llegar por medio de intermediarios. «Las recibí a través de terceras personas que me las comentaron, aunque no sé exactamente de quiénes provienen». O sea sé; cortados por el mismo patrón de las denuncias. Ahora bien quién diría por qué la fiscalía se negó a darle tal condición. Pues porque por lo visto no existía peligro. Quién lo hubiera imaginado después de la operación "antiterrorista" que montaron: "puesto que la Ley Orgánica 19/1994 sólo admite medidas de protección en situaciones extraordinarias, cuando la autorídad judicial pueda apreciar racionalmente un peligro grave para la integridad física, libertad o patrimonio del interesado o las personas de su entorno, que justifique la limitación del derecho de defensa mediante la ocultación de la identidad del testigo. Además, también sería preciso que en el caso concreto las medidas de protección resulten verdaderamente idóneas de cara a esa finalidad legal de salvaguardar la identidad del testigo en situación de riesgo, objetivo que en este caso sería claramente ilusorío dada la actividad política de los denunciantes, la naturaleza de la información que facilitaron a los investigadores y sus propias relaciones con parte de los imputados".
Afirmaba también Valadez que: "un periódico semanal gratuito, El Periódico de Estepona, cuyas "filtraciones" tienden a "perjudicar la función pública municipal". Por el momento, a expensas de analizar más pormenorizadamente los últimos tomos abiertos cabe preguntarse una cosa. Este periódico cuyas informaciones en nada le hacían daño a la política municipal y sólo un dictador o un chiflado podía sugerir su cierre, acabó cerrando meses después de las primeras detenciones y Antonio García, su editor y redactor acabó imputado. ¿Tuvo algo que ver su imputación con las "sugerencias" de Valadez a la jueza para quitar de enmedio a un periodista y un medio que le estorbaba?. ¿Marcó la Justicia el paso a Valadez para ser alcalde o fue Valadez el que marcó el paso a la Justicia?. Digamos que fue un apoyo mútuo: un trabajo en "equipo".
Este dato del sumario no hace más que poner en evidencia otra de las mentiras con las que Valadez contaminó a los medios de comunicación, o éstos se dejaron contaminar. Puesto que el impuesto alcalde divulgaba por aquellas fechas que había recibido amenazas directas y que éstas habían sido puestas a disposición judicial y que la Justicia las estaba investigando para descubrir a sus autores. Todo era mentira.
Este dato del sumario no hace más que poner en evidencia otra de las mentiras con las que Valadez contaminó a los medios de comunicación, o éstos se dejaron contaminar. Puesto que el impuesto alcalde divulgaba por aquellas fechas que había recibido amenazas directas y que éstas habían sido puestas a disposición judicial y que la Justicia las estaba investigando para descubrir a sus autores. Todo era mentira.
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